Foto: gente.elsol.com.a |
Recientemente conversé con unas amigas, quienes lamentaban no haber tenido el amor de sus tías mientras notaban que sus primos eran mimados. Una vez adulta, la sobrina le reclamó a una de sus tías porque ella y su hermano siempre fueron “patitos feos”. La tía le respondió que ellos se vieron limitados por la madre de la muchacha, quien era una mujer de carácter difícil. Llama la atención que la sobrina de quien reclamaba amor también se sintió igual de parte de sus tíos.
Le comenté la situación a la licenciada en Psicología de los sistemas de familia y constelaciones familiares Xiomara Lora, del centro LOXIM CIH, quien clasificó la situación en el renglón de las lealtades invisibles que se producen en las familias. Una situación se produjo en una generación, la cual no se resolvió en ese momento y se vuelve a mostrar en repetidas generaciones hasta que pueda ser curado.
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La doctora Lora refirió al sicólogo alemán y creator de las terapias sistémicas Bert Hellinger, quien plantea que esto ocurre porque el sistema de familia está en desorden o ha habido un excluido. Para sanar el sistema y devolverle la paz a sus miembros y evitar que la misma situación se vuelva a repetir en otra generación, la especialista recomienda un movimiento sistémico que permita visualizar en que generación se produjo esta exclusión.
Durante la terapia, que puede ser realizada con representantes, se identifica en que generación ocurrió el hecho, se ven movimientos sistémicos de reconciliación, se honra a quien halla que horrar, se despide a quien halla que despedir y se incluye al excluido o se pide perdón a quien lo necesite con el propósito de que se restaure el vinculo del amor en esa familia y ese sentimiento no permanezca.
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